El ictus afecta con mayor frecuencia a las personas de más de 65 años (más a los hombres que a las mujeres). Aunque esta enfermedad se da especialmente entre la población más envejecida, cada vez se diagnostican más casos entre los jóvenes.
En España es la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte (la primera entre las mujeres).
Del 20 al 25% de las personas afectadas por un ictus mueren en menos de un mes; del 30-40%, en menos de un año.
Un año después de un ictus casi un tercio de las personas que sobreviven a este incidente agudo presentan una discapacidad muy grave por la cual dependen de la ayuda de otras personas.
El 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo y un estilo de vida saludable.