El esfuerzo físico excesivo debido a un ritmo de trabajo demasiado intenso o a una actividad física exagerada puede causar una sensación constante de cansancio, malestar general y de no poder realizar las actividades cotidianas normales.
Estos síntomas indican una alteración de la homeostasis del organismo y se corre el riesgo de entrar en una condición de estrés crónico con graves consecuencias para la salud física y mental.
Para mejorar esta situación, es necesario reducir los niveles de esfuerzo físico, seguir una alimentación adecuada, rica en frutas y verduras (polifenoles), descansar lo necesario y ofrecer un apoyo al organismo con sustancias naturales adaptógenas.
En cambio, las mezclas de sustancias de síntesis, como las vitaminas y los oligoelementos producidos en laboratorio, son poco útiles en esta situación.