La «resistencia a la insulina» se produce cuando los tejidos del cuerpo (p. ej. el hígado, los músculos) no responden de forma correcta a dicha hormona.
Inicialmente el páncreas (el órgano encargado de producir la insulina) intenta compensar esta situación produciendo una cantidad más alta de la hormona, pero con el tiempo pierde esta capacidad y la glucemia adquiere valores cada vez más altos.
Esto puede provocar un empeoramiento de la obesidad, diabetes de tipo 2, problemas al corazón y a las arterias.
Las soluciones: una dieta controlada con alimentos con bajo índice glucémico, la reducción de la absorción de nutrientes a nivel intestinal y una actividad física regular.