Este tipo de grasa está compuesta por los adipocitos blancos, células ovaladas llenas de grasa.
El tejido adiposo blanco es la reserva de energía más grande del cuerpo, evita que este pierda el calor y, en algunas de sus partes (p. ej., los glúteos) sostiene los tejidos y los protege contra los golpes.
Produce una gran cantidad de hormonas que ayudan a regular el apetito y el sentido de saciedad.
Es sensible a la insulina y a algunas hormonas del estrés.