Cómo mantener un buen estado de hidratación del organismo
Las necesidades de agua pueden variar en función de la edad, sexo, nivel de actividad, clima y estado de salud. Cuando se tiene diarrea, vómitos, fiebre, o si hace mucho calor, o durante el ejercicio, se debe beber más agua para evitar la deshidratación. La ingesta de líquidos también debe ajustarse en función del trabajo que se realice (trabajar al aire libre y bajo el sol, o en interiores pero en un ambiente con altas temperaturas y humedad es sin duda un factor de riesgo de deshidratación), el ejercicio y el clima. En los días calurosos o durante una actividad física intensa, es necesario aumentar la ingesta de líquidos para compensar la mayor pérdida de agua.
En condiciones normales, se puede beber aproximadamente un litro y medio de agua al día y comer más raciones de fruta y verdura (tienen un alto contenido en agua) y así contribuir significativamente a la hidratación. Como alternativa al agua sola, se puede beber té o una tisana sin azúcar. Tener una botella de agua a mano durante el día facilita la ingesta regular de líquidos.