La hipercloremia, representa un exceso de cloro en el líquido extracelular. Rara vez es un acontecimiento aislado y a menudo se asocia con alcalosis metabólica (una condición en la que el pH de la sangre es elevado debido a un exceso de bicarbonatoo a una pérdida de ácido). La hipercloremia puede deberse a una mayor ingesta (incluso a través de los alimentos) o absorción de cloro, a una mayor retención de cloro por los riñones, o a un estado de acidosis (una condición en la que la sangre se vuelve demasiado ácida debido a un exceso de ácidos o a una pérdida de bicarbonato). El consumo de grandes cantidades de cloruro sódico (sal de mesa) puede aumentar los niveles de cloro, especialmente si también hay pérdida de agua corporal. En la deshidratación, puede producirse hipercloremia porque la pérdida de agua puede provocar la concentración de cloro en la sangre, y en el caso de algunas enfermedades renales, los riñones dañados pueden tener dificultades para eliminar el exceso de cloro. Varios medicamentos también pueden contribuir a la hipercloremia. Por lo general, la hipercloremia no provoca síntomas específicos.