Son lesiones que causan dolor intenso y agudo del músculo esquelético, que generalmente se soluciona con la cura de la lesión, si se trata de manera adecuada.

Pueden deberse principalmente a: caídas accidentales (a menudo domésticas), lesiones deportivas, traumas por accidentes automovilísticos, etc.

Entre las lesiones traumáticas tenemos golpes, esguinces, dislocaciones, infracciones o fracturas incompletas (una pequeña grieta en el hueso) y fracturas completas (rotura de un hueso).

En los músculos y tendones pueden provocarse (especialmente en personas que practican deportes) estiramientos (distensión excesiva de las fibras musculares en comparación con los niveles normales) y desgarros (desgarro de las fibras de un músculo después de un esfuerzo o movimiento).