Algunos factores ambientales pueden causar sequedad de la piel:
Clima: Una de las causas más frecuentes es la baja humedad del aire exterior, en el hogar o en el lugar de trabajo (aire acondicionado o calor excesivo). La piel tiende a ser más seca en invierno cuando los niveles de temperatura y humedad son más bajos.
Calor: la calefacción central, las estufas de leña y las chimeneas reducen la humedad ambiental y secan la piel. La exposición excesiva a la luz del sol también empeora la sequedad de la piel, ya que deshidrata la epidermis.