La función principal de la piel es hacer de barrera de protección contra los factores externos. La piel protege de los golpes y de la presión mecánica, de las variaciones de temperatura y humedad, de los microorganismos, de las sustancias químicas y de las radiaciones.

La piel regula el flujo de agua y sales y contribuye al mantenimiento de una temperatura corporal fisiológica. Su capa externa, esto es, la capa córnea, está compuesta por células que contienen queratina (que han llegado al final de su ciclo vital) y actúan como barrera protectora para las capas inferiores.

La piel percibe los cambios en el entorno (calor, frío) y las sensaciones (agradables, molestas, dolorosas, táctiles). Además, participa en la síntesis de la vitamina D. Por otro lado, en la neuropatía diabética las funciones de la piel están alteradas.