La primera infección herpética de la boca (gingivoestomatitis herpética) se observa con mayor frecuencia en la infancia, en especial durante los tres primeros años de vida.

Las lesiones se presentan en forma de ampollas que ulceran y pueden estar presentes sobre toda la mucosa oral: lengua, encías, mejillas, labios y cutis circundante.

El niño se queja de un dolor intenso, tiene una salivación abundante, no quiere alimentarse y a menudo rechaza también los líquidos; puede tener fiebre, incluso muy elevada (la cual puede preceder en 48 horas a las lesiones orales).

Una vez que han entrado en contacto por primera vez con el virus, también los niños, a consecuencia de otras enfermedades infecciosas, fiebre o exposición no protegida a los rayos solares, pueden sufrir como los adultos infecciones recurrentes.