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Disbiosis
Problema
¿Qué es la disbiosis?
La disbiosis es una situación de desequilibrio de la microbiota intestinal (flora bacteriana intestinal) en la que varios microorganismos potencialmente dañinos, o en ocasiones uno solo, predominan sobre los otros alterando las funciones del intestino y de otras partes del organismo, hasta el punto de provocar una enfermedad.
Se han encontrado varias situaciones de disbiosis que están relacionadas en el desarrollo de numerosos problemas de salud, que pueden ser incluso graves.
La disbiosis se ve favorecida por la presencia en el intestino de numerosos radicales libres (moléculas dañinas que se producen en exceso y contribuyen al desarrollo de múltiples patologías crónicas).
La toma de polifenoles, sustancias que neutralizan los radicales libres (antioxidantes), puede equilibrar la microbiota (eubiosis).
El intestino, el «segundo cerebro»
Solemos pensar en el intestino como un tubo que acoge los alimentos que le llegan del estómago, los digiere, absorbe las sustancias nutritivas y elimina los residuos.
Sin embargo, estudios modernos han demostrado que el intestino no solo sirve para digerir y absorber, sino que debe considerarse un auténtico «cerebro», capaz de desempeñar numerosas funciones complejas.
El intestino se comunica constantemente con el cerebro (eje intestino-cerebro), contribuye al desarrollo de defensas inmunitarias, eficaces, nos protege contra las consecuencias negativas del estrés y nos ayuda incluso a ser más felices.
Todas estas funciones las cumple gracias también a la microbiota o flora intestinal.
¿Qué es la microbiota intestinal?
El tracto gastrointestinal acoge más del 70% de todos los microbios del cuerpo humano.
Se cree que la microbiota intestinal (flora bacteriana intestinal) presente un número global de 5000 a 35 000 especies y subespecies microbianas.
La microbiota y el intestino evolucionaron juntos, y ninguno de ellos puede sobrevivir de forma sana sin el otro.
La microbiota intestinal se puede considerar un verdadero órgano, responsable de muchas funciones y con la capacidad de comunicar constantemente con el cerebro.
La alimentación juega un papel fundamental en el equilibrio de la microbiota (eubiosis).
Los alimentos más importantes para la salud de la microbiota son las hortalizas, puesto que contienen fibras y polifenoles, sustancias que favorecen el desarrollo de una buena flora bacteriana.
Son muchos los factores que pueden alterar el equilibrio de la microbiota.
¿Qué es la microbiota humana?
La microbiota humana es el gran conjunto de microorganismos que vive en simbiosis con el organismo humano sin causarle daños.
Esta ocupa muchas partes del cuerpo humano (p. ej., la piel, la nariz, la faringe, el intestino).
El número de células bacterianas que convive con el organismo es mucho más alto que el de las células que conforman el cuerpo humano.
El hombre y su microbiota evolucionaron juntos a través de los milenios, beneficiándose recíprocamente, bajo la influencia de muchos factores: ambientales, genéticos, inmunitarios.
Es de total interés de las bacterias «buenas» o comensales que el organismo humano (su hospedante) se encuentre bien, puesto que en él se alojan y de él se nutren.
La microbiota intestinal desempeña una función importante en la conservación del estado de salud.
Cada individuo tiene su microbiota específica y personal.
¿Cuáles son las principales causas de disbiosis?
Una situación de disbiosis puede estar causada por muchos factores que alteran el equilibrio entre la microbiota y el huésped.
Esta alteración puede deberse a varios factores que afectan de manera directa a la microbiota, como los tratamientos con antibióticos, hábitos alimentarios inadecuados o condiciones de estrés físico o mental.
También pueden causar disbiosis situaciones que afectan a la funcionalidad y al microentorno intestinal como el estreñimiento (si desea profundizar sobre este aspecto encontrará una sección específica directamente en la página principal) y el bloqueo de la secreción de ácidos gástricos; de hecho, el bloqueo de esta secreción en el estómago con fármacos puede alterar el equilibrio de la microbiota.
Se han observado situaciones de disbiosis asociadas a muchos trastornos y enfermedades, aunque no siempre está claro si la disbiosis es la causa o la consecuencia de la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas de la disbiosis?
En realidad, no existe una sintomatología que pueda atribuirse específicamente a la disbiosis.
Algunas situaciones de malestar general pueden sugerir una disbiosis, especialmente si persisten durante mucho tiempo, como por ejemplo, sensación persistente de náuseas, flatulencia, distensión abdominal, mal aliento no debido a problemas dentales, dolor abdominal recurrente (para el cual se ha excluido una infección u otra patología orgánica), trastornos digestivos persistentes, etc.
Si padece alguno de esos problemas es importante que lo consultes con el médico.
En situaciones como estas, es aún más importante un estilo de vida y una alimentación adecuados. Por ejemplo, hacer actividad física con regularidad, una alimentación saludable o tratar de reducir las situaciones que causan estrés.
Enfermedades y trastornos asociados a situaciones de disbiosis
Investigaciones recientes han demostrado que una situación de disbiosis es típica en muchas enfermedades y trastornos no solo intestinales, como por ejemplo, la obesidad donde la microbiota intestinal está alterada, teniendo una mayor capacidad para recolectar la energía de los alimentos que ingerimos y, por lo tanto, aumentar el almacenamiento de la grasa.
Se han encontrado situaciones de disbiosis en muchos otros problemas de salud como, por ejemplo, las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa), enfermedad celíaca, cáncer de colon, diabetes mellitus y síndrome del intestino irritable.
La disbiosis puede influir en el desarrollo de estos problemas alterando la permeabilidad del intestino o contribuyendo a aumentar el estado de inflamación crónica propio de algunas de estas enfermedades.
¿Cómo se desarrolla la microbiota en el niño?
Todo ser vivo crece y se desarrolla con su propia colección de microorganismos, que se seleccionan porque realizan actividades esenciales para la supervivencia del huésped (organismo humano).
En el momento del nacimiento el intestino del neonato está prácticamente libre de microorganismos.
La colonización, es decir la invasión por parte de los microorganismos, comienza inmediatamente después del nacimiento cuando la boca del bebé entra en contacto con las bacterias del canal del parto y de la piel de los muslos y del abdomen de la madre.
La microbiota intestinal completa su maduración durante el primer año de vida, y este proceso está influido positivamente por la lactancia materna y la alimentación.
Es gracias a los estímulos de la microbiota intestinal como el sistema inmunitario del niño completa su maduración, siendo capaz de defender al organismo de los patógenos.
Info
¿POR QUÉ LA MICROBIOTA INTESTINAL PUEDE CONSIDERARSE UN VERDADERO «ÓRGANO»?
La microbiota intestinal tienen funciones bien definidas y, en conjunto, funciona como un auténtico «órgano».
Las «células» de este «órgano» serían los diferentes microorganismos que se comunican entre sí y con el organismo (huésped), y son capaces de sobrevivir y autoconservarse replicándose y adaptándose continuamente al medio intestinal.
En conjunto, los microorganismos consumen, conservan y distribuyen las fuentes de energía (alimento) introducidas y las transforman para que sean de mayor utilidad para el organismo.
La microbiota intestinal realiza funciones de barrera frente a microorganismos patógenos procedentes del exterior, funciones metabólicas (transformaciones químicas) sobre fibras (polisacáridos no digeribles) y polifenoles y juega un papel importante en el desarrollo y activación del sistema inmunitario.
¿Qué quiere decir eubiosis?
El término «eubiosis» se refiere al equilibrio del sistema microbiano intestinal o microbiota, condición en la que las especies bacterianas potencialmente beneficiosas (que pertenecen en concreto a dos tipos: Firmicutes y Bacteroides) son la mayoría.
Las especies potencialmente perjudiciales que pertenecen al tipo de las proteobacterias (Enterobacteriaceae) también están presentes, pero en un porcentaje más bajo.
En condiciones de eubiosis, las bacterias potencialmente buenas predominan sobre aquellas potencialmente malas y limitan el desarrollo y la adhesión de estas últimas a las paredes del intestino.
La eubiosis puede verse alterada por varios factores entre los cuales: estilos alimentarios incorrectos, antibióticos y microorganismos patógenos.
Sistema inmunitario y microbiota intestinal
La microbiota y el sistema inmunitario dialogan constantemente entre sí, lo que favorece el desarrollo de defensas inmunitarias eficaces (mecanismos que buscan prevenir, combatir y destruir los agentes patógenos que entran en el organismo).
La microbiota es necesaria para propiciar defensas inmunitarias equilibradas y permitir al sistema inmunitario reconocer y tolerar las bacterias comensales (bacterias buenas) y combatir contra las patógenas.
La microbiota puede regular la respuesta inmunitaria innata (la primera que se activa frente a los agentes infecciosos) y aquella adaptativa (la que se desarrolla frente a un invasor específico).
Una disbiosis persistente puede ejercer un efecto negativo en las funciones del sistema inmunitario.
¿Qué daño causan los antibióticos sobre al microbiota?
Los antibióticos alteran el equilibrio entre las bacterias buenas y malas (disbiosis) en la microbiota intestinal, lo que puede conllevar diarrea por antibióticos, causada por un desarrollo exagerado de bacterias patógenas (gérmenes nocivos para el organismo) oportunistas, como el Clostridium difficile.
Los microorganismos comensales o saprofitos por lo general son poco «agresivos», pero pueden desarrollarse de forma exagerada y llegar a provocar enfermedades graves si se altera el equilibrio de la flora bacteriana intestinal.
Tras un tratamiento antibiótico, quedamos más expuestos a las infecciones causadas por bacterias «exógenas» (aquellas que el organismo no hospeda de forma habitual), precisamente porque existe una disbiosis y una reducción del efecto barrera de la microbiota.
Importancia de las fibras y de los polifenoles para la salud de la microbiota
Una dieta rica en frutas y verduras es fundamental para favorecer la salud de la microbiota (eubiosis) y, por tanto, del organismo entero.
Por este motivo, la pirámide alimentaria recomienda un alto consumo de estás.
Las sustancias de origen vegetal (verduras, cereales integrales, legumbres y frutas) son beneficiosas para nuestra salud puesto que contienen fibras (polisacáridos no digeribles) y polifenoles.
La microbiota digiere las fibras vegetales que el intestino no tiene la capacidad de absorber.
De esta forma mejora el metabolismo (la transformación química) de los nutrientes y la capacidad de absorción de la mucosa intestinal, y aumenta la disponibilidad de nutrientes a través de la obtención de una mayor cantidad de energía de los polisacáridos no digeribles.
Errores alimentarios y disbiosis
Una alimentación demasiado rica en proteínas de origen animal (hiperproteica) y de grasas saturadas (hiperlipídica) se asocia más fácilmente a la disbiosis.
Y es por ello que la pirámide alimentaria recomienda un consumo reducido de estas.
También los aditivos alimentarios como los sulfatos y los sulfitos (aditivos alimentarios de amplio uso) pueden favorecer el crecimiento de microorganismos potencialmente patógenos y la producción bacteriana de sustancias nocivas para el intestino.
Algunas bacterias especializadas (bacterias reductoras de sulfato) transforman los sulfatos y los sulfitos en ácido sulfhídrico, el cual es perjudicial para la mucosa.
Las dietas con bajo contenido de fibra dan lugar a una mayor presencia de bacterias potencialmente dañinas (p. ej., Shigella y Escherichia coli) y un efecto global de menor protección del intestino.
