La hipófisis o glándula pituitaria (glándula endocrina) segrega hormonas como la prolactina, que tiene una importancia fundamental en la producción de la leche materna.
La succión del niño hace que de las fibras nerviosas de la areola mamaria salga un estímulo nervioso hacia el cerebro que provoca una respuesta hormonal, para solicitar la producción de la cuota de prolactina necesaria para producir la leche de la toma siguiente.
La glándula pituitaria posterior libera oxitocina, una hormona que estimula el impulso de la leche en los conductos de las glándulas y facilita su secreción por los poros del pezón.
Cuando el bebé succiona, el pecho se vacía y esto también estimula la producción de prolactina.
Dar el pecho al niño cuando lo requiere es el mejor modo para favorecer la producción de la leche durante muchos meses.