Las vías respiratorias superiores están constituidas por la nariz y sus cavidades (senos paranasales), la faringe y la laringe.
Por las vías respiratorias superiores pasan a diario, además de numerosos litros de aire, miles de microbios (virus, bacterias) y cantidades significativas de sustancias dispersas en el ambiente (alérgenos, sustancias irritantes, contaminantes ambientales).
Las vías aéreas cuentan con estructuras especializadas (p. ej. la mucosa de la nariz, el anillo de Waldeyer) para protegerse a sí mismas y al organismo contra estos agentes infecciosos e irritantes.
Estas defensas son importantes también para la salud de las vías respiratorias inferiores.